El sistema de Seguridad Social en España entiende como causa de incapacidad permanente absoluta toda aquella patología, enfermedad o condición que inhabilite a la persona que la padece para la realización de toda profesión u oficio.
Entre una de las patologías que puede dar lugar a esta situación es la coloquialmente conocida incapacidad por depresión; en el presente artículo veremos en qué medida un trastorno depresivo puede dar lugar a una incapacidad permanente por depresión.
¿Qué es la incapacitación por depresión?
Los trastornos o síndromes depresivos, a los que tradicionalmente nos referimos bajo el término genérico de depresión, son una enfermedad mental que pueden tener distintos grados y clasificaciones que van desde los trastornos depresivos reactivos o adaptativos hasta el trastorno depresivo mayor en su vertiente más grave.
En todo caso, el paciente depresivo presenta síntomas de estado de ánimo deprimido, pérdida de interés o anhedonia, sentimientos de inutilidad, ansiedad, llanto o ideas de muerte. Sea como fuere, lo determinante para tener derecho a una invalidez por depresión es que se trata de un trastorno depresivo mayor, siendo este grado de la enfermedad el único que puede dar lugar a una incapacidad permanente absoluta.
Grados de incapacitación permanente
Como hemos apuntado, los síntomas del trastorno depresivo mayor y la intensidad de los mismos determinarán el reconocimiento de una incapacidad permanente, cuyo grado se determinará en función de la duración de la sintomatología, las dificultades que presente el trabajador, la incapacidad que le suponga para sus quehaceres diarios y, en definitiva, el malestar emocional generado.
Así, nos encontraremos desde casos de incapacidad permanente parcial, de incapacidad permanente total, de incapacidad permanente absoluta por depresión en aquellos casos de enfermedad crónica con sintomatología más grave o resistente, pudiéndose alcanzar el estado de gran invalidez en los casos en que la persona, además de no poder realizar ninguna actividad laboral, requerirá de la asistencia de otra persona en su vida diaria como consecuencia de su trastorno depresivo.
¿Cuándo se otorga la incapacitación por depresión?
Para obtener una incapacitación o jubilación por depresión debe seguirse un procedimiento de incapacitación temporal ante la Seguridad Social, y si transcurrido un año o la prórroga de esta situación sin que el trabajador reciba el alta se pasaría entonces a tramitar la incapacidad permanente.
Para ello el caso se someterá a una valoración por un Tribunal Médico, se realizará el correspondiente informe psicológico pericial y en función de las conclusiones del mismo se procederá a la valoración de la discapacidad o grado de minusvalía por un Equipo de Valoración y Orientación, que clasificará el supuesto en alguna de las 5 clases o grados que van desde el 0 % hasta la gran invalidez.
Sea cual fuere el caso, los trastornos depresivos son algo muy serio que no conviene tomarse a la ligera en la medida en que puede llegar a ocasionar una incapacidad laboral temporal o, incluso, permanente, siendo en estos casos recomendables contar con un buen seguro de vida que cubra las posibles riesgos de que se declare una incapacitación por depresión.